LA TRADICIÓN
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ABREVADEROS DEL ALMA
PREMIO XII CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS Por José Antonio Gago (Segovia) La noche de jueves Santo por León corre el orujo. La gente se alumbra tanto que dice que tiene embrujo. Y no necesitan clero pa sacar en procesión a su santo pellejero, aquel que mató un camión. No acude, claro, la peña de diaria avemaría; aunque a alguno más valdría gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» Es ya larga tradición ver a los santos cofrades por las calles de León rezando grandes verdades pues andan en los escritos sus mártires; el primero aquel apóstol bendito Francisco Pérez Herrero que, si alguno mustio viera, seguro que le diría: «Hermano más te valdría gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: atropéllame, camión» En este mundo global, en las fake news enredado, hay un caos universal. Como no hay camino hollado todo quisqui se extravía. Es Genarín, no lo dudes, modelo de bonhomía y paladín de virtudes. Aquel que no lo siguiera, y se aparte de su guía, quizá mejor le valdría gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» Eran, pa entrar en calor, de Genaro preferidas aquellas que dan su amor a todo el que se lo pida. En ayes y gozos puros convierten el vil metal y hacen de cuartos oscuros paraíso terrenal. Si el milagro no existiera en la noche larga y fría, yo casi preferiría gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» Aunque somos peregrinos, también buscamos la calma, posadas en los caminos y abrevaderos del alma. Somos carne de almoneda, blanco de todo reproche. Al final es lo que queda, esos antros en la noche donde conversar se pueda. El Canalla lo sabía, porque si no más valdría gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» Hay mejor entendimiento y palabras más medidas que en todos los parlamentos y sus riñas consabidas con palabra trasnochada. Nostalgia de la caverna y trapera puñalada. Mejor la humilde taberna donde escaño no tuviere hidalgo sin gallardía a quien mejor le sería gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» Así que discurra en paz esta santa procesión, que la guerra y la maldad siempre encuentran ocasión para su danza macabra. Aportemos de consuno el orujo y la palabra que requiera cada uno. Quien apuntalar quisiere con los misiles su hombría mucho mejor estaría gritando a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» Suben pan, huevos y leche y el aceite también sube; prohibitivo el escabeche; las torrijas por las nubes. Y si está mal el comercio, causa de queja masiva, está peor el bebercio, que no le quitan el IVA. Más aguardiente bebiera si no hubiese carestía. Y si Genarín volviera otra vez se moriría; sin beber preferiría gritar a pleno pulmón, en la mitad de la vía: «Atropéllame, camión» |
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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN |
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