I CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS
A continuación se presenta un especial de todo lo relacionado con la convocatoria
del primer certamen celebrado en 2011. Volver al índice de poemas COPLAS A LA MUERTE DE NUESTRO PADRE GENARÍN Por Rosa María Rojo Guerra (Navatejera - León) [I] Primeros del siglo veinte, allá por el veintinueve, carretera de los Cubos, madrugá del Viernes Santo, y a oscuras completamente un paisano haciendo eses (lo normal, ¡con lo que bebe!) que quiere aflojarse el cinto por mor de sus intereses ¡Y le está costando tanto! [II] Su nombre es Genaro Blanco, (pudo ser Genaro Tinto) de profesión pellejero, fiel devoto del orujo, golfo, borracho y putero, en resumen: un dibujo de la mejor tradición bohemia de este pueblón que fue capital de un reino pero va perdiendo empuje, de aqueste viejo León que aún de vez en cuando ruge a despecho de su edad. [III] No pierde el tiempo Genaro con estas filosofías, en honor a la verdad las encuentra algo baldías y viene el hombre luchando ¡que condenao pantalón! porque se viene meando (Dicho sea con perdón) [IV] Llegado al cubo tercero de la romana muralla, Genarín no puede más. pa´ este probe pellejero, pa´ este bendito canalla, ¡mucha es la necesidad! ¡muchas la urgencia y premura! y ya estaba disfrutando y celebrando su audacia cuando a gran velocidad sintió llegar con espanto ¡a la puta Bonifacia! (el camión de la basura primero de la ciudad) que lo mandó al camposanto. (Francisco Pérez Herrero apóstol del pellejero lo contó con más encanto) [V] Provocó tan grande estruendo el vil atropellamiento que sin componer su atuendo, (por un mejor socorrer) aventada y aguerrida llegó a la escena la Moncha. Era una buena mujer, frescotona y de buen ver, que se ganaba la vida con su probado talento en oficios clandestinos, trabajando con la concha que dicen los argentinos. [VI] ¡Y llegó despavoría al socorro del difunto al que tanto conocía por las cosas de su oficio! (que era un maestro Genaro, sobre todo en ese asunto del bebercio y el fornicio ) ¡y ya no pudo hacer nada la probe! , más que llorar contemplando el estropicio, aturdida, abandonada a aquel llorido espasmódico por el viejo pellejero. Y por darle algún amparo a su querido Genaro en su momento postrero, lo cubrió con el periódico a manera de sudario, ella, que tanto sabía de eso de la cubrición. [VII] ¡Milagro de Genarín! desde aquel infausto día marcado en el calendario, dejó la prostitución y se volvió virtuosa que es una vida más sosa pero de menos trajín Y este es de la historia el fin. [VIII] Porque el resto ya es leyenda y surrealismo cazurro de los que crean adicción. Apunta bien en la agenda: ¡En Jueves Santo a León! Hazme caso, no seas burro ¡y prepárate a gozar! de lo divino y lo humano ¡y prepárate a botar! si no botas… ¡Pucelano!. Volver al índice de poemas |
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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN |
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