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PELLEJERO, QUE NO CARPINTERO
Por Víctor García Castellanos (León)

Cantaban tus madreñas hace ochenta y dos años
y lo hacían, Genaro, entre muros romanos.
Te colgaban los pellejos, Genaro,
con los que te ganabas los cuartos
entre orujos, naranjas, hogazas o conejos.
Que veinte mil paisanos sabían de las putas
que se relamían en burdeles de extramuros
las noches que pasabas entre sus mantos.
Y no fueron pocas las horas que dormiste
en sus mugrientos bancos.
¿Quién se acuerda ahora de Apalpacoños?
Tranquila era tu vida entre tabernas y cantinas,
entre cartas, zarzuelas y tabacos de Tagarinas.
Y adelantado a tu tiempo y sin etts de por medio,
entre 12 trabajos y algún lamento, pasabas los
inviernos.
Ni el mas honrado de nuestros políticos
especularía con tanta maestría y desparpajo,
como tú con nuestra pulchra leonina.
¡Ay de aquel turista inglés
en el bar Exprés!
Y llego aquel día santo
en el que ese maldito camión
se te llevó por delante
en la Carretera de los cubos.
Tus evangelistas, bohemios y poetas
te brindaron orujo y versos
cada Jueves Santo.
¡Ay, cada Jueves Santo!
La Plaza del Grano es testigo
de tu vuelta, Genaro, con tu Moncha,
con tu barril, con la muerte y la guadaña.
Se vierte el orujo en la garganta,
y en la calle de la Sal
es Paco Pérez Herrero
quien te recita versos zalameros.
Y el cortejo se reviste de lamentos
llegando hasta la Pulchra.
Entre antorchas y juramentos
entre orujos y versos.
¡Entre orujos y versos
rezamos a nuestro padre
para que la Leonesa vuelva a salvarse!
Tú que hechizas la noche de
Jueves Santo, con este Oasis
entre beatos. Ellos que no gustan
de estos menesteres, tan profanos,
tan paganos. Ellos que se lamentan
toda noche de Jueves Santo.
Con el crucifijo entre nalga y nalga
masculla el beato
¡Genaro ni es santo ni es honrado!
Pero cada Jueves Santo entre aplausos
gritos y sonrisas
¡entre orujos y versos!
la muralla recibe:
la hogaza,
la naranja,
el queso
y el aguardiente.



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