I CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS
A continuación se presenta un especial de todo lo relacionado con la convocatoria
del primer certamen celebrado en 2011. Volver al índice de poemas AL PASO, PASO, QUE HAY AJETREO Por José Enrique Cabero Mayo (La Robla - León) Amanece que no es poco, en el Corral de San Guisán. Me harían falta unas gafas, de esas “pa no ver na” pero que dejan mirar y por no tenerlas, sufro rastrera luz que se cuela por el arco del lugar que no se ha de visitar. Hacia atrás, ni un paso más, que las tablas del uniforme se han ido a descansar, y las monjas, sin niñas a quien cuidar y sin misa que meditar ya empiezan a desfilar en busca de un buen lugar. Por la calle de Serranos ni asomarse, que los curas de Santa Marina, temprano sacan los santos de la procesión principal, y dejan abierta de par en par la puerta, para que se entre a rezar. Hoy por Santo Marino toca merodear, que sus bares prepararan con esmero orejas, frisuelos, tinieblos y limonadas aunque no vengan las mozas a estudiar. Tienen que esperar los versos, Porque el corral hoy despierta con alguna que otra ventana mal abierta. Así, por el arco de la cárcel, gallo al Espolón se va, que de la ribera vienen a procesionar, mozas del Torio, prietas, seguras y algunas sin estrenar, y si bajan por los cubos, bien las puedo cortejar. Pero antes, seguro el paso y firme el canto, un requiebro al frío de esta mañana de Jueves Santo. En el Oviedo café caliente y tabaco que, la basura yo te la saco hasta la camioneta, que ya se acerca con desparpajo, ¡hay que dejar bien limpio el patio!, no sea que por la tarde tropiece algún papón novato y se vaya al carajo todo el trabajo. ¡Qué demonios!, sin suerte, tenemos que buscarnos la vida con estos tratos, hasta la carretera de Asturias los llevo a ratos, que tengo portales, tiendas y bares muy bien tratados, no vayan a ponerse solo morados, por estas fechas. los santos de madera y no los humanos. Por eso mismo, aquí en la esquina de López Nuñez, se hacen churros bien calentitos, que se refrescan con aguardiente y anís del mono, válgame el arte de estas canciones por esta acera hoy se descuelgan de las ventanas trapos floridos, crespones viola y alguna que otra bandera patria, ¡vaya nostalgia anegando almas! desde tan pronto, acicalando de luto al ruido, que sin darnos cuenta ya el mediodía trae tambores y clarines al paso firme de los dolores. Algunas calles para mí sólo, y otras repletas, por eso el bando del concejal disculpa el atasco que se origina si no comulgas con la doctrina; mala medida para una huida que bien pudira ser toda igual y sin embargo, ni un mal puchero para esta noche de escalofríos, aquí, manda el orden despavorido: bares cerrados como condena, e incluso tapiadas las escaleras de mis queridas flores abiertas, ¡vaya una noche que nos espera! de reja en reja por si no fuera que esos orujos y esas mistelas, desaparezcan en otra hoguera. Cuando las vueltas ya se repiten y en el cielo lleno de estrellas una, despavorida, va y se descuelga, sin darme cuenta, llego a una puerta que siempre está abierta, cuando una brasa de entre mis trapos quiere salir. ¡Ay Genaro, cómo sabes que mañana hay que ayunar! Tú nunca fallas en una noche tan especial. ¡Bendita la hora en que nací!, pues tras mis pasos creo, venía la mismísima guardia civil, que por entonces ya no eran horas de andar por ahí. Subido al cielo de aquella aurora pude dormir hasta altas horas y despejarme de los orujos que saben mal, entre los muslos de aquella cama desmantelada, entre los senos de aquella hembra consoladora que tantas veces me sofocaban cuando las horas se convertían en puñaladas de tántos días sin hacer nada. Volver al índice de poemas |
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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN |
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