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DEL PALIQUE QUE MANTUVIERON EN CELESTIAL
LUGAR QUE SE CONOCERÁ,
NUESTRO PADRE GENARÍN Y EL PRIMER (Y MÁS GRANDE)
EVANGELISTA EN VISITARLO
Por Amando García Nuño (Madrid)

Cuéntase, y es hecho cierto,
que allá en el ochenta y seis,
–corregidme, si no acierto–
todo León tocó a muerto
pues, como todos sabéis,
con Europa ya a la vista,
se fue un mal día el primero
y más grande evangelista:
Francisco Pérez Herrero,
escritor de cuerpo entero,
trovador, poeta, cuentista
y a ratos libres, empero,
algo así como dentista.

Lo que luego yo adivino
es que encontró buen camino
(pues es público y notorio
que quien ama orujo y vino
no para en el purgatorio)
y así subió sin demora
muy derechito hasta el cielo.

Allí, en un cuarto de hora,
formose enorme revuelo
con gran jolgorio a la puerta,
y Paco vio al querubín
que se la ofrecía, abierta:
¡Era el mismo Genarín!
Y lo era, puesto que al fin,
nuestro Paco siempre acierta.

Así pues (y si me atranco,
dadme otra copa de orujo)
quien al cielo le condujo
fue Genaro Blanco Blanco,
y San Marcos, folio en blanco,
su cháchara reprodujo:

–Salud, noble leonés.
–Salud, bravo pellejero,
¿qué es lo que he de hacer primero?
–Seguid, buen Paco, mis pies
pues aquí donde me ves
en el cielo soy portero.
–Pero esto es.... como León...
–No, León es más hermoso
y tiene más tradición.
Aunque, eso sí, te adelanto
que aquí, como hecho gozoso,
cada día es Jueves Santo.
–¿Y te entierran cada día?
–Sí, y cada día cenamos
en contento y alegría,
y para mayor porfía
luego... nos emborrachamos
–¡Si esto es la plaza del Grano!
–Cierto, la plaza tal cual,
que para cualquier humano
no hay lugar más celestial.
Y como sabrás de sobra,
aquí, en el cielo, no hay obra.
–Oh, qué figón tan bonito,
juraría que es divino.
–La tasca del tío Perrito,
donde jamás falta el vino.
Y a su lado, otra, vecina,
a donde ya te encamino:
la tasca del Carabina.
–De tus andares me fío
pues Genaro, amigo mío,
doctorado en pasar frío,
en vinillo y puterío,
siempre a tu vera me río
y en tu experiencia... confío.
–Mira, Paco, este gentío
donde ahora disfrutaremos.
Ya ves, de todo tenemos
y todo lo conocemos
sin hacernos falta un BOE.
Permite, amigo, que loe
las buenas migas que hacemos
pues juntos aquí bebemos
PP, VOX y hasta PSOE.
–Una duda me corroe:
tan solo os falta PODEMOS,
¿los habéis mandado al cuerno?
–La verdad es más palmaria:
por llevarnos la contraria,
han preferido el infierno.
–Quizá tampoco esté mal.
¿Y con el fútbol, qué tal?
¿sois del Madrid o del Barça?
–Tenemos, mas no esa farsa.
Todos aquí, en general,
somos de la Cultural.
–De esa murga soy comparsa,
vuestro gusto es celestial.
–Aquí todo es natural,
vino, fútbol y hasta mozas
–¿También en eso hay faena
y carnales gozos gozas?
–Cierto, que una tía buena
que llaman la Magdalena
ha un lugar donde retozas.
–Pues sí que vale la pena
este cielo donde estás....
–Esto es paraíso en vena,
orujo, hembras y cena,
no se puede pedir más.
–Y a los Cubos ¿nunca vas?
–Por allí ya no me pierdo
que me trae muy mal recuerdo:
te alcanza un camión y ¡zas!
Aunque lo más de este edén
no es su dicha y su ventura
sino que, por nuestro bien,
no hay camión de la basura.
–Cómo me alegra, Genaro,
que hayas encontrado amparo
en lugar con tanto embrujo
al que la parca nos trujo.
–Vamos, Paco, sin reparo,
a por el divino orujo.
que además, aquí, no es caro.

Y esta es la conversación
que Paco Pérez Herrero
y Genaro, el pellejero,
tuvieron, al alimón,
en lugar tan pinturero,
tan divino y placentero
que casi, casi... es León.


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