VII CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS
A continuación se presenta un especial de todo lo relacionado con la convocatoria
del séptimo certamen celebrado en 2017. Volver al índice de poemas ROMANCE DE RUEGO Y ALABANZA Por Armando Gutiérrez Rodríguez (Asturias) Ya redoblan los tambores, ya se quejan las cornetas. ¡Genaro, no me avergüenzo! Ya repica muy ufana, arrabal de San Lorenzo, tu cantarina campana. Llamando a todos tus fieles para el nocturno cortejo, al viacrucis de naranjas, de orujo, queso y pellejos. Ya en la mesa apostolar aguarda la postrer cena. Unas frugales viandas que rediman nuestras penas para honrarles la memoria a los cuatro Evangelistas. Para recordar tu gloria ¡Oh Rey de los pellejeros! Para cantar tus milagros como hizo el gran Carnero Fiel guardián fue de tu historia el bueno de Don Fermín, que de la mano de Herrero recuperó este festín. Exultantes hoy clamamos: ¡Larga vida a Genarín! Desde que fuimos tu pueblo ignoramos tu enseñanza, negando tu omnipotencia y tu orujera templanza. Desdeñamos inconscientes tus lúcidas profecías que aclaraban negras noches y pintaban grises días. El nefrítico milagro de quien la muerte requiebra, quien de frente a la muralla vertió sus aguas menores librándose de dolores y de una descomunal piedra. Milagro que no merecen los ateos del aguardiente que admitieron complacientes, para tu orinal desgracia, la moderna adquisición de la mortal Bonifacia creyendo que era un gran lujo y dándose así postín. Se mofaron de tu aspecto, de tu verbo y de tu orín. Exultantes hoy clamamos: ¡Larga vida a Genarín! ¿Quién no recuerda al Porreto y su arbitral desparpajo sembrando en La Puentecilla en cada corner un ajo? Clamándote pesaroso: ¡Líbranos de todo mal. ¡Y que milite en primera mi querida Cultural! Burlose luego de ti un ladino directivo arrancó la plantación sin recato y su castigo fue el descenso a los infiernos... y jugar contra El Ejido. Venga a nosotros el Reino, al que acudimos fervientes esperando otro milagro para podernos hartar, porque vamos a plantar rico ajo del Medio Oriente en cantidad suficiente y pegado al banderín y así las mieles "Qatar" y jugar en Chamartín Exultantes hoy clamamos: ¡Larga vida a Genarín! De aquel Cuadrillero hospicio, lugar en el que naciste quedan solo cuatro piedras amontonadas y tristes. Pusieron en su lugar un frío y gris edificio, del que se venga el destino haciendo honor a tus vicios pues colgando de ese absurdo templo de los fariseos hay un cartelón muy grande que nos ordena: ¡Correos! Misma ventura le buscan a ese rincón medieval a esa plaza recoleta donde marcaban las tetas debajo de un blusón blanco las mozas de aquel barranco. Hormigón quieren verter sobre su canto rodado esta panda de palurdos. Los onanistas mentales que tienen los genitales en el cerebro plantados. Esos que todo lo saben, los que se rasgan las sayas y acaban después, ¡qué listos! derribando la muralla. Saca presto la navaja, descósenos ese hilván (es Silván) Ese hilo de marioneta escóndelo en el desván. Ahora que parecía que le habían hecho hueco tiró confiado el penalty y golpeó en el Mañueco. Ni las cartas de San Pablo a Corintios o Romanos consiguieron lo que tú teniendo una buena mano. ¡¡¡Que se ocupen de las pajas y que nos dejen el grano!!! Con soportales, mercado y el encanto del verdín. Con su fuente de agua fresca donde bebe el peregrín. Exultantes hoy clamamos: ¡Larga vida a Genarín! Atiende pues nuestros ruegos, Genaro. Ten compasión. Recuperemos la esencia de aquel bohemio León. Las ilusiones del juego de cartón de lupanar que con suerte y diez reales te permitían soñar. Un año más a rogarte venimos, Señor de los orujeros. A bebernos las miserias, a clamar perdón sincero. A pasear a tu lado por la Plaza de las Tiendas. A libar del fresco cáliz y recibir tus prebendas. A contar los treinta pasos de la calle de La Sal A pedirte con Herrero: ¡Llévanos a fornicar! A caminar por los cubos pidiéndote a voz en grito que vuelvan la Bailabotes, la Moncha y el tío Perrito. La Francisquita y Anselma. También el tío Carabina. Que las noches finalicen con un polvo y dos copinas. Disfrutemos y bebamos. ¡¡Mojemos el pizarrín!! Vivamos aquella noche desde el principio hasta el fin. Exultantes hoy clamamos: ¡Larga vida a Genarín! Volver al índice de poemas |
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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN |
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