VI CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS
A continuación se presenta un especial de todo lo relacionado con la convocatoria
del sexto certamen celebrado en 2016. Volver al índice de poemas EPÍTOME GENARIS Por Wenceslao Rodríguez Blanco (León) Nacimiento. Fue Nuestro Padre Genaro desde el principio un portento, pues dijo al nacer, muy claro, mostrando gran sentimiento: "¡Orujo, venga el orujo!" - Este niño será brujo - dijo la señora Rita, en tiempo libre, matrona-. Negociará alguna quita, quitará alguna poltrona; y todo sin despeinarse, sin ser ruin ni arruinarse. "¿Cuándo -pregunta la madre- será eso, eh, comadre?" - En los tiempos del desmadre - responde la comadrona-. Los tiempos en que la mona se vista de seda fina. - ¡Vaya cosa tan divina! - exclamó la concurrencia-. Así ocurrió su nacencia. Infancia. Poco hay de aquella infancia que nos sea conocido. Transcurrió sin discrepancia, harto corriente y manido el día a día pasante; ya creciente, ya menguante... Si no es que en cierta ocasión disputó con un rapaz y ganó tal aluvión de golpes el contumaz, que exclamara: "¡Sus, de fijo, hay lumbrera por un grifo!" Vida. Su vida fue un caminar duro y a contracorriente que él intentó despejar con naranjas y aguardiente. De profesión pellejero, se curtió bien, puso esmero: ¡Cuántas tardes, sin sorpresa, la comitiva marchando caminito de la presa y en la hierba, merendando! Desfiles de barraganas, guiños y canciones sanas... O las noches de burdeles - ¡vaya noches de orujazo!- con brillantina y claveles, de timba y de tabacazo. Con albas de nocherniego: Grandes trancos, gran sosiego, sólo algún que otro trompazo... Muerte. Fue un camión de la basura, el primer auto-rodado, fue una cuestión de premura, trocando por excusado un lienzo de muralla, fue la hora tan canalla, el caer de la bravura, fue el destino, la pavura, la contingencia, el desastre: Fue acogerse a la bajura y quedar para el arrastre. ¡Ay, qué suerte tan oscura! Milagros. ¿Existen, pues, los milagros? ¿Causas sobrenaturales? Habrá quien los vea magros, quien las crea virtuales. Nadie puede ser ignaro con Nuestro Padre Genaro: Obró prodigios reales. Si hablamos de conversiones, algo que la fe levanta, ¿no expulsó de los jergones a una buena suripanta, transformándola de Moncha en peregrina sin concha? Y ganó fama de santa. Ya de remates, el mal trocara por un gran gozo. ¿No salvó a la Cultural, que estaba lanzada al pozo de una liga sin victorias? Pues sin conocer las glorias, ¿qué campeonato es tal? Oración Padre Nuestro Genarín, tú que estás en el confín, recuerda a cuantos estamos aquí para que vayamos contigo a la Eterna Gloria. Guárdanos en tu memoria. Amén.' Volver al índice de poemas |
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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN |
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