Volver al índice de poemas

NOCHE DE EMBRUJO
Por Pablo García Sahagún (León)

Noche de entierro funesta,
antorchas, orujo y vino,
esclarecen el camino,
incluso animan la fiesta.
por un errante beodo,
que con el pito en la mano,
un camión le dejó plano,
falleciendo de este modo.

Triste a “ La Moncha ” pondría,
pues menudo varapalo,
ella nunca más podría,
volver a catar su falo.
Hasta abandonó el oficio,
tras el trágico suceso,
él era, con tanto vicio,
toda su fuente de ingreso.
Más putas quedaron viudas,
cuando nos dejó Genaro,
sin necesidad de ayudas,
siempre entraba por el aro.

Francisco Pérez Herrero,
genial poeta bohemiano,
se lo contó al mundo entero,
y es el Dios del pueblo llano.
Divinidad demandada,
azotando a todo el clero,
antagónica adulada,
festejada con esmero.
Aún se percibe el fragor,
cuando sale el Nazareno,
en la mañana, el frescor,
es eco del desenfreno.

Mi querido pellejero,
si vivieras hoy en día,
compartiendo este agujero,
tú no tendrías cabida,
pues tu labor, los banqueros,
tienen muy bien atendida.
Esto parece un castigo,
da igual que tiempo recuerdes,
y de buscar me fatigo,
no encuentro los brotes verdes.
¿Dónde coño se han metido?
No sé, diría la infanta,
lo llevaba mi marido.
y llevárselo le encanta,
como al ladrón de la ofrenda,
tu justicia celestial,
se afanó en la reprimenda,
con una hostia colosal.
¡cuánto milagro se achaca,
a nuestro héroe local!,
hasta de la mala racha,
sacaste a la Cultural,
e incluso el cáliz de Urraca,
¡es ahora el Santo Grial!

Para este próximo verso,
un tono solemne adquiero,
en esta aventura inmerso,
nos falta Fermín Carnero.

No brindéis con escasez,
en esta noche de embrujo,
como alguien dijo una vez,
que con su inglés nos sedujo,
bebed hasta la embriaguez,
a relaxing cup de orujo.



Volver al índice de poemas